En esta aventura de los personajes cervantinos, como en otras, observamos un pasaje desde una localización agreste, en caminos y tierras catalanas, hacia un espacio urbano en la morada de Don Antonio Moreno.
El ardid presente en ese artefacto pone en juego las discusiones y las normativas contemporáneas sobre la adivinación, que llevan el caso hasta las autoridades mismas de la Inquisición. En este episodio se condensa lo que aparece de trasfondo en casi toda la obra, a saber, que la potencia de lo dicho desarticula la realidad o lo que percibimos de ella.
En este sentido, analizaremos como dato llamativo que después de esta secuencia Don Quijote se tope, en este ambiente urbano, con la imprenta, y puedan ponerse en juego sus opiniones sobre a traducción y sobre el Quijote de Avellaneda que, como un oráculo despreciado, hará que el personaje troque su camino (y su destino).
Palabras clave: Quijote-oráculos-urbano-imprenta